En una Pieza

Están solos en un cuarto, hay música de fondo, él la leva a ella y ella se deja llevar, se apasionan, se abrazan, entrelazados, las piernas se cruzan… hay fuego entre ellos, en realidad ellos son el fuego.

Sus piernas se abren, las de ella se cierran, se mueve, la mueve, luego ella cierra su piernas, gira, él abre las suyas… intercambian movimientos, posiciones. Ella mira el  pecho de él, y él solo la mira a ella, sus ojos están clavados en lo que cada uno mira, la respiración suave empieza a agitarse levemente, ella le agarra firmemente una mano, él recorre con la otra la espalda de ella. Están girando dando vueltas, la música de fondo, él se pierde en su cuerpo y cierra los ojos, quiere sentir sin mente, sentir el pecho de ella rozar el suyo, ella esta embriagada de placer y éxtasis, no paran de moverse, por momentos lentamente y otras veces, por la iniciativa de él, el movimiento se hace violento, rápido y dinámico.

No dejan de sentir placer, de estar juntos, de hacer lo que hacen, de saberse buenos en eso, simplemente porque entienden cómo el otro se mueve, que es lo que quiere el compañero con el movimiento que hace. Él le toca con la punta de los dedos la espalda ella lo siente. Ella le acaricia la nuca, y le hace vibrar todo su cuerpo.

Giran, abren y cierran las piernas, se acarician, él avanza ella cede, ella gira él avanza….no dejan de moverse, de sentirse…. Movimientos sin lógica pero con total utilidad, logran lo que desean hacer…

De pronto la música termina, se miran a los ojos entienden lo que cada uno piensa y siente, se separan, y colocan otro tangazo de Pugliese.

Que bello es ver a una pareja bailar tango… como se debe bailar… desde el corazón hacia el cuerpo.

 

Chan Chan!!!

 

 

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