viernes, 24 de abril de 2009

Armando su amor

Armando era un tipo simple, venía del luto de una relación de pareja, transitaba en la vida entre la nostalgia y en anhelo de terminar con ese estado emocional.
Un día, en un intento de matar su aburrida monotonía, incursionó en el mundo de los Chat, miles de nombres y nicknames llenaron la pantalla de su PC, pero hubo uno que destaco del montón, un nombre que le recordó su viejo amor perdido y la curiosidad fue más fuerte, hizo click y comenzó la conversación con esa muchacha de nombre bíblico.
Ella en ese momento, empezó siendo simplemente un nombre, un ser desconocido en ese ciber-mundo. Las cosas se fueron sucediendo, primero un nickname, luego unas imágenes fotográficas, más tarde un número telefónico, y recién ahí ella fue una persona, las imágenes vistas se fundieron con las palabras escritas y leídas, como cierre, le sumó su voz, otra vez estaba envuelto en el maravilloso mundo de las expectativas del amor.
Todos los días en horarios diversos hablaban durante horas y horas haciéndose compañía mutua, mitigando en el otro la tristeza de las historias pasadas.
Ella era una hermosa rubia de ojos marrones y dulce sonrisa que vivía en el sur del país, solo 1400 kilómetros los separaba, pero eso no los desalentaba, como bien una vez le dijo a ella, “El tiempo y la distancia son solo para la física aplicada, por eso es que no limitan el campo del amor”, locos por el otro disfrutaban el día a día con la dependencia típica de los enamorados.
Soñaban con encontrarse, con estar juntos, con ver qué sucedía entre ellos cuando los cuerpos se toquen, pero hasta ese instante era solo un sueño, uno muy deseado, pero un sueño al fin.
Pasaban los días hubo webcams, noches largas de charlas intimas, llamadas telefónicas, mails, fotos, todo lo que la tecnología les proporcionaba para acercarlos era usado por ellos, hambrientos de tenerse cerca a como de lugar. La pasión empezó a crecer cocinándolos a fuego lento. Ella rodeada de nieve, lagos y paisajes maravillosos, que no lograban distraerla de su corazón que ansiaba estar en la famosa capital, él en cambio, rodeado de las luces, negocios y todo lo que a cualquiera puede distraer, ansiaba poder ir ya al paraíso nevado para recibir solo el calor de su amada. Así transcurrieron los días, tortuosos, era un callejón sin salida, pero siempre hay una luz en ese pasillo oscuro y ellos no eran la excepción. Llegó el día que se juntaron, aún hoy recuerda la ansiedad de la espera, el sabor del primer beso en la mejilla, el temblor de las manos cuando se tocaron por primera vez, el primer beso en los labios en puerto madero, su primera salida, y su primera noche, llena de pasión y nervios, pero desbordada de dulzura, así transcurrieron los 14 días que estuvieron juntos, encerrados en su casa como si fuera un castillo que los protegía de esta sociedad que castigaría tremenda aventura.
Vivieron desnudos todo ese tiempo, entre películas, mimos, duchas, almuerzos, desayunos cenas, sexo, música, eran libres como nunca lo fueron antes. El tiempo, indiferente a tanta felicidad, no detuvo su andar y llegó la despedida. Ambos estaban encerrados en si mismos para no hacer sufrir al otro, soñaban con volverse a ver, pero la vida pasa, los tiempos pasan y lo que no fue hecho ahora no será hecho mañana, y así fue. Él lloraba por dentro, ella soltaba con libertad sus lagrimas, él no supo qué hacer ni qué decir, ella esperaba de él alguna palabra mágica y sanadora pero en su interior sabía que nada haría cambiar el momento que estaban viviendo, todo lo bello se tornó tormenta, toda la magia fue disipada en un viaje de regreso, dos seres quedaron a medio camino entre la felicidad y la soledad de la distancia. Su regreso fue húmedo y salado, ella solo se alimentaba de lágrimas, él tuvo una distancia más corta, pero la amargura le duró 3 viajes de ella. La cama vacía, la casa sin vida, recuerdos en todos los rincones, su olor, sus puchos, las fragancias de sus perfumes, la dolorosa experiencia del divorcio con amor.
Hoy lo vi en un Parque Nacional de nuestra Patagonia, transitaba en el bosque, como un alma en pena, la busca ansioso con sus manos apretadas en su corazón que es el porta retratos que usó para conservar la imagen de su ninfa del sur, ella en cambio esta en Buenos Aires, sola perdida sin rumbo buscando a su amado Armando en la ciudad, recorre las cuadras infinitas deseando que el destino los vuelve a encontrar.
Solos, deambulan y tratan que el destino se apiade de sus corazones y repiten sin cesar la misma frase todas las noches.
“si hubiera hecho…..”

La vida y su hermano, el destino, nos enseñan cosas a cada paso que damos, algunas lecciones son mas duras que otras. Igualmente me uno al deseo de estos dos corazones desencontrados. Tal vez, caminando sin rumbo, se vuelvan encontrar y el mundo se estremecerá ante la explosión de amor del abrazo infrenable que los enlazará y ese día los que hoy de burlan de su deambular verán esta imagen como un maravilloso cuadro y lo titularan “La ninfa del sur armando su amor”, sin comas que los separen.



Creative Commons License
This obra by Marcelo Argüello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina License.

Manifestación de multitudes

Todo comenzó con un leve movimiento de cabeza, un “rítmico” movimiento de cabeza para ser más preciso.
Un hombre tras el volante de su coche empezó a mover la cabeza al son de una música muy pegadiza que le hizo olvidar su presente en un instante, a su lado estaciona otro coche, que también esperaba el permiso del semáforo para pasar, y que curiosamente escuchaba la misma radio, la misma canción, luego se suma otro, que con los parlantes al máximo inundó a toda la cuadra con la misma música…. Y eso empezó a despertar la atención en los transeúntes que lejos de preguntarse “qué hacen…?” se dejaron llevar por la melodía. Lo siguiente fue solo una cosa de segundos.
Desde los balcones de los edificios los equipos de audio se solidarizaron y todos, a su máxima potencia empezaron a reproducir esa canción…..
Era miércoles, 10:00 de la mañana, en Av. Rivadavia y Pasco, pleno tráfico, pleno centro y en la temida hora pico, así y todo la rutina se detuvo por la espontaneidad de lo que estaba pasado.
Las radios de todas las casas, de todos los edificios, coches, peatones, todas sintonizadas en la misma frecuencia, en la misma canción, era solo cuestión de tiempo para que alguien de el primer paso y ocurra lo que inevitablemente ocurrió….
De pronto los peatones tomaron las calles y los conductores bajaron de sus vehículos, se enfrentaron, se miraron larga y detalladamente, era la primera vez que se veían a los ojos sin parabrisas por medio, y automáticamente, sin que nadie diera una orden, empezaron al baliar al son de la estridente e imparable canción….
La policía se hizo presente, al ver la situación quedaron desconcertados… Claro, cómo combatir la felicidad???, y no solo fueron ignorados como autoridades del orden y la ley sino que se sumaron al baile.
Todos juntos coreaban la canción, bailaban, saltaban, cada generación manifestaba su danza de acuerdo a su cultura, habían personas solas bailando, parejas de hombres con hombres, mujeres con mujeres, hombres con mujeres, todos de fiesta, en una divertida y exultante normalidad, sin morales impuestas, solo el desenfrenado corazón que se cansó de las estupidas ataduras y se soltó a festejar…
No faltaron guirnaldas que alguien puso, ni espuma para mojarse…. Todo era fiesta de colores y de variedades…. Incluso lograron romper lo pasitos impuestos por la cultura del baile y las ñañas de los ortodoxos bailarines, todos danzaban en una total libertad. Los pasos de tango, de cumbia, de rock, de dance, incluso hasta el pogo fue fusionado en una sola danza y todos se divertían con las diversas combinaciones que mas que separar, por primera vez el arte de la danza y la música, unificaban, incluso se improvisó un escenario en donde desfilaban los distintos ciudadanos que deseaban manifestar de alguna manera su arte, todo era celebrado con alegría, gritos, aplausos.
Las autoridades, como era de suponer, no solo quedaron fuera de la fiesta porque la conciencia los hizo dar cuenta que esa alegría no era producto de su gestión sino que a su vez no sabían qué hacer ante la alegría del pueblo, lógico no? La falta de costumbre, así que hicieron lo que mejor les sale, se mantuvieron distantes de los ciudadanos, simplemente porque no lograban entenderlos. ¿Debe ser duro ser representante de un pueblo que no logran interpretar, no?
Entonces…..
NO, SIN ENTONCES, es mi cuento y me niego a darle un final a esta historia…. Así que mis personajes, los de mi imaginación, bailan, se respetan, son felices, se aman por las diferencias de gustos y variedades de pensamientos, hay paz y dieron por tierra las materialidades avarosas que los llevaron a ser infelices en el comienzo…..
Si al lector no le gusta el final, no tiene más que ir a esa esquina un día de semana…. Y ver cómo es la realidad, yo hoy…. quiero que el final de la historia, sea una historia sin final que desplace de una vez y para siempre la historia de nunca acabar para que la infelicidad sea la historia de nunca jamás.



Creative Commons License
This obra by Marcelo Argüello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina License.

domingo, 12 de abril de 2009

La locura de la dulce espera

Iba el Loco transitando por el parque, y en un verde césped se acostó contemplando el cielo. Mientras sus ojos miraban las nubes, su mente rumiaba estas ideas:
Vi el cambio del VHS a DVD.
Vi el cambio del disco a Cd y luego a formato MP3.
Vi el cambio de los televisores de válvulas blanco y negro a LCD color.
Vi la inserción de las PC en las casas.
Vi el nacimiento de la dependencia de los celulares.
Vi la caída del muro de Berlín.
Vi la guerra de Malvinas.
Viví triunfos y derrotas mundiales y olímpicas.
Viví el cambio del Coleco visión al family game hasta llegar a la Xbox
He conocido mujeres que decían saber lo que querían y mostraban ser una cosa, pero cuando obtenían lo que deseaban, se transformaban en lo opuesto a lo que mostraban, y eso nunca era para mejor.
He conocido mujeres apasionadas, que por su propia hipocresía no pueden charlar conmigo sin pelear, simplemente porque veo lo que ellas ocultan.
He visto mujeres que prefieren comer al patético conocido antes que degustar el manjar del por conocer.
He visto hombres infieles levantar la bandera del amor incondicional.
Conocí mujeres que se mueren por el sexo pero se reprimen y se justifican diciendo… Estoy bien así sola, y lloran su soledad en la oscuridad de su cuarto los fines de semana.
Conocí hombres que maltrataban a sus hijos, según ellos, debido a las presiones diarias en su trabajo.
Conocí parejas que anhelaban llegar a viejitos, juntos y en ese momento, estaban en la cama con sus respectivos amantes.
Conocí personas que viven la vida impuesta moralmente por sus padres y luego, cuando esa obediencia se pone amarga, están solas, sin que la familia les tire un puñado de azúcar.
He visto como la gente en aras de la paz hace la guerra. Y que eso parezca normal al resto.
He visto quien dice ser ecológico, simplemente para vender otro producto distinto, aunque éste también ataque el medio ambiente.
He visto gente decir NO! Cuando lo estaban haciendo, diciendo o pensando.
He visto gente que me discrimina por ser lo que soy, decir lo que pienso y actuar en consecuencia.
Lastima que todavía no vi los cambios que deseo, el hombre al lado del hombre y no por encima, al amor por sobre las ideas, el respeto sin condiciones, la libertad como bandera, la pasión como impulso, la curiosidad como motor.
Hay tanto por hacer…y se frenan con tantas ganas…..
Solo espero llegue a ver alguno de mis deseos hechos realidad, solo espero que ese día llegue, para poder vivirlos.
Ojo, no es que me importe realmente salir de este lugar y esa sea mi escusa, ni tampoco porque la gente me vaya a considerar distinto una vez que vivan y sientan lo que les digo, sino para que todo sea mejor.
Todavía hay gente desconfiada que pregunta…. Y vos, por qué querés ayudar??? A lo que respondo…. Porque si! Por qué no?
Esta vez no hay conclusiones sino seguir con la dulce espera.
Se levantó y se dirigió al edificio…. Ya era hora de su psicofármaco, al llegar a su habitación, lo esperaba su compañera, quien le preguntó: Alguna novedad? Y él con los ojos vidriosos respondió NO! Más de lo mismo…
Se abrazaron y se quedaron mirando a través de la ventana del manicomio con vista a la hermosa ciudad, protegidos de su severa enfermedad.








Creative Commons License
This obra by Marcelo Argüello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina License.

sábado, 11 de abril de 2009

El Extraño

Parado frente al espejo, no se reconoció, se miró largo rato detenidamente y no sintió ser él, estaba tan cambiado que le parecía que un extraño posó su vivo retrato en el lugar de su reflejo. Era un día normal, uno más, uno del montón, lo único que lo hizo especial, o mejor dicho atípico, fue el verse al espejo.
Sus ojos estaban raros, su mirada avejentada, los rasgos cansados, el cuerpo encorvado, era simplemente la imagen de su decadencia reflejada en el espejo.
Comenzó a barruntar ideas metafísicas sobre el cambio constante, la afinidad emocional, la idea de otra dimensión, que estuviera del otro lado del cristal, pero la realidad era más contundente, más directa, típico de una realidad, un sopapo en invierno, o la caída con raspón incluido en las rodillas, así de brusca y de dolorosa fue su realidad, ese que estaba ahí era ÉL sin más vueltas.
Trató de hallar una explicación, de entender su angustia, ese vejete que estaba frente a él reflejaba los años y el cansancio del que nunca fue consciente. A su alrededor la vida continuaba sin detenerse, el tiempo, indiferente a este dilema, transitaba sin cesar, y él simplemente se miraba al espejo.
Primero se negó a seguir viendo esa imagen, tapó el espejo con papeles pero sabía que detrás de ellos estaría ese viejo que lo miraba con cansancio, así que buscó otra salida. Sentado en el inodoro contemplaba esa imagen reflejada sin entender cómo hacer para deshacerse de ella, no le gustaba, le incomodaba. Si bien se notaba que era su cara, los rasgos eran totalmente diferentes, los pelos más largos y canosos, los pliegues del rostro más acentuados, sus labios más finos, sus cejas más pobladas, en fin toda su cara era diferente, y su cuerpo acompañaba lo que su rostro transmitía.
Trató de recordar cada instante de sus últimos días para encontrar una explicación a tremendo deterioro, pero nada justificaba un cambio tan radical.
Indeciso y temeroso, nunca tuvo buena predisposición para los cambios, se propuso dejar de reflejar esa imagen deplorable, no por los demás, sino simplemente por él. Tomó coraje y decisión y una navaja, era una medida extrema, pero prefirió ponerle fin a esta vida, antes que caer en la depresión de transitar el mismo camino.
Miró por última vez la imagen, clavó sus ojos en el reflejo, levantó el cuello y con la mano temerosa pero decidida, se dijo:
CHAU nos vemos en otra vida….
Y se afeitó.
Si asumir un cambio fuera tan sencillo no?... aunque, si lo pensamos bien, las mejores soluciones siempre son las más simples de ejecutar.



Creative Commons License
This obra by Marcelo Argüello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina License.

El consorcio

(dedicado a Adri quien me enseño a escuchar seleccionar y entender las voces de mi consorcio sin llegara la esquizofrenia!)

Era una simple reunión de consorcio, con asistencia perfecta, ese día no faltó nadie, todos tenían algo que decir, algo que opinar, algo que imponer, algo que callar, algo que objetar, algo que criticar, por esto y por mucho más, ese día la asistencia fue completa.
A punto de empezar, un apagón los dejó a oscuras pero el tema era tan importante que ni eso los detuvo y la reunión prosiguió como si nada pasara.
Una voz dijo: se abre el debate en esta reunión, ¿quienes están a favor de hacer el cambio que propusimos en la reunión anterior? Silencio…, la más emocional de todos lo rompió con su dulce voz, yo creo que no es algo que se deba elegir, es lo más sano para todos, el ingeniero dijo: si, pero implica un montón de variables que no sé si podemos controlar, el más tímido de todos sentenció, yo prefiero no opinar, me da miedo todo este asunto y encima a oscuras, la arpía, del 6to “C” agregó, a mi me parece que no se lo merece siempre tuvo una conducta indecorosa y sus errores fueron muy graves para todos, la piadosa expuso; me parece que estamos todos acá para un bien común, no para llorar por la leche derramada, es hora de saber perdonar y seguir para delante, tajante, el violento dijo, por mi que se mueran todos y me incluyo, el pacifista lo frenó con su clásica amabilidad, la violencia no es útil, para este caso ni para otros salvo que la agresión sea primero del otro, en ese caso evaluaremos si es defensa personal o no. La deseosa irrumpió con un listado que enumeraba un sinfín de deseos que justificaban el cambio, su opinión era a favor sin duda. La discusión se extendía por horas, se empezaba a notar en los tonos de las voces el cansancio y la fatiga del debate constante, todos decían algo y nada los ponía firmes en una idea, hasta que el más mental, el lógico del consorcio dijo, yo creo que no, porque no lo podemos controlar y sin control las cosas se desmadran, ¿quién está conmigo?, la arpía y el ingeniero y el violento se unieron al lógico, y el otro bando fue entre la emocional, la deseosa, la piadosa y el pacifista, el mas tímido de todos ,estaba muy temeroso de pertenecer a un grupo, así que se quedó a un lado junto con la histérica y el indeciso y el negativo que negaba hasta su presencia en la reunión. La cosa se agravaba, los bandos eran parejos hasta que la emocional sacó un papel y dijo: esta es una carta que define las cosas, es hora de jugarnos por el bien común, y leyó, simplemente eran tres líneas, y los tres bandos se sintieron tocados por ellas.
El más tímido de todos, la histérica y el indeciso recapacitaron y superando las limitaciones se pasaron al bando de la emocional, la deseosa, la pacifista y la piadosa, los otros cuatro junto con el negativo, que negó hasta su propia felicidad, decidieron apoyar la medida pero con reservas, se guardaban para decir lo que quisieran ni bien las cosas salieran mal. La decisión fue tomada entonces en un perfecto 7 a 5, el presidente, que simpatizaba con el grupo mayoritario pero que no podía expresarlo por su cargo, cerro la cesión y emitió un sobre lacrado en donde estaban las directivas decididas.

Claudio la abrazó, había aceptado ir a vivir con ella, con su Inés, su cuerpo vibraba de la emoción y sus manos temblaban por la temeridad de hacer lo que sentía, dentro, en el consorcio de su cabeza , la piadosa, el pacifista, la emocional, la deseosa, el tímido la histérica y el mas miedoso de todos , sonreían con ternura por la decisión tomada y la felicidad que Claudio les hacia sentir en ese instante, y en un rincón entre sombras el violento, la arpía, el ingeniero, el negativo y el lógico miraban con desconfianza lo que sucedía, hasta que el lógico dijo, no te vayas a equivocar porque sabemos que nosotros tenemos razón, el presidente puso su mano sobre el lógico y le dijo; no había nada que decidir, la mente no tiene ingerencia en las emociones. Era solo hacer lo que nos da felicidad.
Claudio se dejó llevar por sus emociones y no le dio pelota a su mente que tiraba ideas con ametralladora.

Bien por claudio, que supo escuchar al sector del consorcio que debía escuchar, lástima que no siempre todos hacen lo mismo.



Creative Commons License
This obra by Marcelo Argüello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina License.

Mala sangre!

Estoy volando, el paisaje es hermoso, soy libre. Vuelo, poso mi cuerpo en cualquier lado y me elevo. Me traslado, mi pies se posan en la superficie, vuelo y aterrizo.
El viento en mi rostro, la velocidad, el paisaje, escenarios bellos y multicolores, verde del pasto, azul de cielo, marrón la tierra, verde la oriya de los lagos.
Vuelo sin cesar y cuando quiero aterrizo, me alimento, recupero energías y vuelo.
Entro a una casa, la miro desde arriba, veo como el mundo gira a mis pies.
Soy poderoso, soy temido pero yo estoy indiferente a todo eso, yo vuelo, aterrizo, como y recupero mis energías para seguir volando.
Hay dos adultos, asumo padre y madre, y un pequeño, el hijo, sentados en el comedor haciendo actividades varias, cada uno concentrado en su mundo, me tienta verlos de cerca, participar, pero no se quedan quietos, no llegan a verme, tal vez si me acerco en el brazo del mayor pueda escuchar mejor lo que charlan.
Aterrizo en su brazo… es cálido, me gusta donde estoy….

De pronto se escucha el plaf de unas palmas….

Su alma se eleva al cielo…vuela pero ya sin cuerpo, vuela su alma y antes de irse al más allá escucho una voz que decía:

JA! Le di, mosquito de mierda…. A ver si todavía tenía dengue….

Esta es la breve historia de un posible afectado, en vías de posiblemente infectar, victima de la GUERRA contra el DENGUE!!!!!!



Creative Commons License
This obra by Marcelo Argüello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina License.

Memorias reales VI

La noche de los besos

Recuerdo que a mis jóvenes 6 años, mi padre y mi madre emprendieron la aventura de llevarme al cine a ver una película que era prohibida para menores de 13, el primer intento fue en el cine Ateneo de San Martín, mi madre discutió con el boletero que se negó a venderle la entrada porque yo era menor, ella, por su parte, alegaba que era un menor acompañado de sus padres, todo fue fútil y emprendimos la retirada, mi madre lejos de rendirse, paso al plan B, mientras mi padre me consolaba diciéndome, Pichón va a salir todo bien, dale tiempo al tiempo, paramos en el cine Majestic de Ballester, mi madre me agarró de los hombros me clavó su mirada de autoridad y me dijo, No te rías porque te faltan los dientes y se nota, y así, con tremenda tarea en mi espalda, entramos al cine, sin dudar, ni preguntar. Sacamos 3 entradas, yo estaba rojo, no por la vergüenza sino por el esfuerzo de no reírme, como todos sabemos la más traicionera de las emociones es la risa que es imposible de contener y que tiene más fuerza para salir cada vez que nos proponemos estar serios.
El caso fue que ese día, fui al cine a ver la película que tanto deseaba ver, con mis padres a mi lado, los tres disfrutamos de “Kiss contra los fantasmas”, a los dos días mi mamá me regaló Dinastía, el disco (si digo bien DISCO no había CD en aquella época) que era la banda de sonido.
Es una anécdota sin más, luego pasaron los años y tuve la oportunidad de ver a la banda un par de veces en vivo, pero por suerte todo no terminó ahí.
Hace poco, el 5 de abril del 2009 para ser exactos, mi amigo Ogui me regaló 2 entradas para verlos nuevamente, pero esta vez decidí cambiar de compañía y llevar a quien se jugó para que yo fuera al cine a verlos. Mi padre, falleció, así que eran solo Mamá y Marce.
La situación era rara, al menos para mí, una mujer de 60 años largos con su hijo de 37 caminando entre rollingas y metaleros, haciéndose paso y dejándose palpar camino al estadio.
Llegamos al lugar, nos ubicamos y esperamos que la explosión se hiciera presente. Aquellos que vieron a Kiss alguna vez entenderán lo que digo… caras pintadas por todos lados, pelos largos y fachas de metal, puro metal, rodeaban a una mujer de 60 años que tenía bajo su brazo una cartera de cuero color crudo que hacía juego con su pantalón.
Lo que siguió fue maravilloso. Ver a mi madre, ejemplo para mi de millones de cosas, algún día las escribiré, verla decía, cantar las canciones, mover la cabeza al ritmo de la guitarra, aplaudir, gritar de alegría, solo le faltaba hacer pogo, y grito cartón lleno. Ver eso era maravilloso, me daba alegría y me divertía mucho, hasta que una idea me golpeó la cabeza y me sacudió el corazón, en ese momento no puede mas que abrazarla y decirle, Que bárbaro Betty (así la llamo yo), ayer 30 años atrás te peleabas con el boletero para llevarme al cine a verlos y hoy soy yo quien te trae al estadio para que los veas…, no lo voy a negar. Una lágrima tímida, más en el entorno metalero que había, pero muy sincera humedeció mi rostro, mi vieja me miró, me regalo su enorme sonrisa, y me dijo, Qué te pasa pibe, si no me traías eras boleta!, nos reímos mucho y seguimos con el ritual.

Esa noche me di cuenta lo cíclico de la vida y que si sabemos vivirla, el ciclo es mágico porque nos devuelve alegrías, y emociones potenciadas y añejas por los años.

A la salida, entre elogios al baterista, a mi vieja le fascinó, y comentarios sobre los juegos artificiales, Betty dijo, Sabes que me gustaría ahora? Comprarte una remera de Kiss, pero yo se donde la venden por $2.-!.
Casi muero de la risa, nunca deja de ser Betty.
Gracias Ogui nunca te lo voy a poder retribuir, y gracias viejos, por enseñarme a vivir feliz.


Creative Commons License
This obra by Marcelo Argüello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina License.