viernes, 24 de abril de 2009

Manifestación de multitudes

Todo comenzó con un leve movimiento de cabeza, un “rítmico” movimiento de cabeza para ser más preciso.
Un hombre tras el volante de su coche empezó a mover la cabeza al son de una música muy pegadiza que le hizo olvidar su presente en un instante, a su lado estaciona otro coche, que también esperaba el permiso del semáforo para pasar, y que curiosamente escuchaba la misma radio, la misma canción, luego se suma otro, que con los parlantes al máximo inundó a toda la cuadra con la misma música…. Y eso empezó a despertar la atención en los transeúntes que lejos de preguntarse “qué hacen…?” se dejaron llevar por la melodía. Lo siguiente fue solo una cosa de segundos.
Desde los balcones de los edificios los equipos de audio se solidarizaron y todos, a su máxima potencia empezaron a reproducir esa canción…..
Era miércoles, 10:00 de la mañana, en Av. Rivadavia y Pasco, pleno tráfico, pleno centro y en la temida hora pico, así y todo la rutina se detuvo por la espontaneidad de lo que estaba pasado.
Las radios de todas las casas, de todos los edificios, coches, peatones, todas sintonizadas en la misma frecuencia, en la misma canción, era solo cuestión de tiempo para que alguien de el primer paso y ocurra lo que inevitablemente ocurrió….
De pronto los peatones tomaron las calles y los conductores bajaron de sus vehículos, se enfrentaron, se miraron larga y detalladamente, era la primera vez que se veían a los ojos sin parabrisas por medio, y automáticamente, sin que nadie diera una orden, empezaron al baliar al son de la estridente e imparable canción….
La policía se hizo presente, al ver la situación quedaron desconcertados… Claro, cómo combatir la felicidad???, y no solo fueron ignorados como autoridades del orden y la ley sino que se sumaron al baile.
Todos juntos coreaban la canción, bailaban, saltaban, cada generación manifestaba su danza de acuerdo a su cultura, habían personas solas bailando, parejas de hombres con hombres, mujeres con mujeres, hombres con mujeres, todos de fiesta, en una divertida y exultante normalidad, sin morales impuestas, solo el desenfrenado corazón que se cansó de las estupidas ataduras y se soltó a festejar…
No faltaron guirnaldas que alguien puso, ni espuma para mojarse…. Todo era fiesta de colores y de variedades…. Incluso lograron romper lo pasitos impuestos por la cultura del baile y las ñañas de los ortodoxos bailarines, todos danzaban en una total libertad. Los pasos de tango, de cumbia, de rock, de dance, incluso hasta el pogo fue fusionado en una sola danza y todos se divertían con las diversas combinaciones que mas que separar, por primera vez el arte de la danza y la música, unificaban, incluso se improvisó un escenario en donde desfilaban los distintos ciudadanos que deseaban manifestar de alguna manera su arte, todo era celebrado con alegría, gritos, aplausos.
Las autoridades, como era de suponer, no solo quedaron fuera de la fiesta porque la conciencia los hizo dar cuenta que esa alegría no era producto de su gestión sino que a su vez no sabían qué hacer ante la alegría del pueblo, lógico no? La falta de costumbre, así que hicieron lo que mejor les sale, se mantuvieron distantes de los ciudadanos, simplemente porque no lograban entenderlos. ¿Debe ser duro ser representante de un pueblo que no logran interpretar, no?
Entonces…..
NO, SIN ENTONCES, es mi cuento y me niego a darle un final a esta historia…. Así que mis personajes, los de mi imaginación, bailan, se respetan, son felices, se aman por las diferencias de gustos y variedades de pensamientos, hay paz y dieron por tierra las materialidades avarosas que los llevaron a ser infelices en el comienzo…..
Si al lector no le gusta el final, no tiene más que ir a esa esquina un día de semana…. Y ver cómo es la realidad, yo hoy…. quiero que el final de la historia, sea una historia sin final que desplace de una vez y para siempre la historia de nunca acabar para que la infelicidad sea la historia de nunca jamás.



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4 comentarios:

Augusto dijo...

Es lo que pasa cuando opacamos eso que llamamos Razón, y nos dejamos llevar por los impulsos. Debo reconocer que si cada uno siguiese sus impulsos libremente, sin que medie razón o contextualización de por medio; no estoy seguro de que tipo de sociedad (....si la hubiera) tendríamos hoy. Pero por otro lado......, pucha, que lindo es estar vivo. Ojalá siguiéramos como sociedad a aquellos impulsos que permanentemente aplacamos. Estoy seguro de que no padeceríamos muchas de nuestras penas actuales.

Mar dijo...

Augusto:

estoy seguro que tendríamos una sociedad no solo mejor a la actual sino diferente.... mira donde nos llevo la razón por sobre todas las cosas.....

Magui. dijo...

Si tendemos a racionalizar todo y reprimir lo que sentimos estamos en el horno, y si no racionalizamos nada también! Obviamente ningún extremo es bueno, lo ideal sería encontrar el equilibrio.
Al menos que todos en este planeta seamos seres tan elevados como para poder dejar la razon de lado.

Besote

Mar dijo...

Magui:

Es cierto, tenes razón,hay que ser mas emocional como para equilibrar, lo que pasa es que es muy común creer que sentimos cuando razonamos , sentir en libertad requiere coraje para aceptar a donde nos lleva ese camino no?