viernes, 13 de noviembre de 2009

El último arrabalero

En un día como hoy, y con la tranquilidad de quien ya sabe el final de la historia, se quedó dormido eternamente un valuarte de nuestro barrio, de nuestra cuadra.

Dicho así, pareciera que estamos hablando de un prócer, pero era uno de los integrantes más antiguos de mi barrio, nada más pero para nada menos.

Si lo tuviera que describir, debería hacer la tarea de hombre observador, objetivo, pero me es imposible, ya que mi vida esta mas que influenciada por su presencia, como la belleza de una mujer esta afectada también por la fragancia del su perfume.

Hijo de un abuelo postizo que tuve, que simplemente era mi vecino, pero en un barrio donde soy la 6ª generación en esa casa ese dato ya es bastante.

No solo conocemos a la persona, sino también al personaje, a su historia, su familia pasada y futura.

De Don Marro y Doña Aurora, nace el hijo del barrio, del bar, cultor de la amistad, galán de mujeres, amante del tango, con su caminar particular y su lunfardo siempre en la lengua.

De joven y de mayor no hubo muchos cambios, siempre una barra, una grapa con amigos, algún tango sonoro, he incluso, algún tango bailado.

Lo recuerdo eternamente de traje o con un pantalón de vestir y camisa, peinado a la gomina todo hacia atrás, sin vergüenza ostentando su calvicie, porque un varón queda pelado pero no llora por eso.

Hoy nos deja en esta tierra un baúl lleno de recuerdos, metáforas, vidas, experiencias, anécdotas, y por qué no? una amarga sonrisa en la boca.

Para qué recordarlo de otra forma? Hay motivos o razones?

Sus nietos lo aman, sus hijos también. No es una forma de trascender en la vida, el amor de la familia y de los amigos?

Este barrio seguirá su curso, la gente pasará y las caras nuevas vendrán a transitar estas veredas, con la tristeza de no saber que hubo en su momento un hombre bien varón, que pobló nuestra geografía barrial.

Simplemente se durmió, como quien estaba cansado y se tomó un reposo de toda la vida vivida.

Compinche, observador y hasta arengador de mis aventuras, con la frase “EL PIBE…. “ (llénese lo que corresponda)

Recuerdo uno de sus últimos comentarios en la sala del medico.

Cuando vio a un amigo que estaba muy mal de la enfermedad que el mismo tenía, y ante los imposibles esfuerzos del entorno para taparle la realidad, se acercó a mi vieja y le dijo, “sabes que pasa negrita yo no soy tan boludo como ellos, yo fumo pero no trago el humo”.

Simple, único, auténtico, hombre con códigos, con triunfos y miserias como debe ser, hombre de familia, y sin caer en la redundancia… simplemente HOMBRE en toda su expresión.

Pasará el tiempo y el viento de las estaciones barrerá cualquier pisada pero nunca se borrará el andar al 2x4, al son del barrio, que como dice el tango:

Con el pucho de la vida apretado entre los labios,
la mirada turbia y fría, un poco lerdo el andar,
dobló la esquina del barrio y, curda ya de recuerdos,
como volcando un veneno esto se le oyó acusar...

“Buen viaje Jorge”





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2 comentarios:

Unknown dijo...

MUY BUENO LO QUE ESCRIBISTE ES EL EN PINTA, Y SI SE PASA SUS ANECDOTAS DE VECINI A VECINO JAMAS SE OLVIDARAN, Y EL QUE NO LO CONOCIO LO RECORDARA COMO SI FUERA UN CUENTO, GRACIAS POR RECORDAR UN GRAN VECINO Y UN EXCELENTE VAILARIN DE TANGO.
ETE

Mar dijo...

Ester:

Las experiencias tiene algo bueno y algo malo, lo bueno es que nos enriquecer... nos nutren....lo malo es que soy únicas propias e intransferibles, este cuento solo retrata lo poco que puede de jorge... el resta queda en mi, como también en muchos.
gracias y besos