viernes, 13 de noviembre de 2009

De Temer

Sentado en una silla de madera en medio de la peatonal estaba nuestro amigo, casi podríamos decir que se hacía pasar por una estatua viviente, solamente que no se movía porque no tenía motivos. De vestimenta normal, jean, remera, un sombrero y unos lentes de sol con armazón de metal, miraba fijo al horizonte, indiferente de la gente que pasaba, pero su rostro tenía una leve sonrisa cómplice con el entorno.

Me detuve a mirarlo y me percate del cartel que tenía a sus pies, este decía:

“Deje 1 moneda o lea SIN MIEDO, pero si empatiza conmigo deje 5 monedas”

Imposible resistirse a tal tentación, pero lo curioso era que la mayoría le dejaba una moneda sin siquiera leer el texto, otros llegaban a la mitad de la lectura y le depositaban las 5 monedas, mi curiosidad como siempre fue más fuerte, así que con toda la honestidad me aventuré al desafío.

Me acerqué y empecé a leer, en ese instante él me miró y me dió una sonrisa cómplice que en un principio no entendí… el texto decía.

Tengo miedo a la muerte.

Tengo miedo a quedar solo, sin descendencia, ni amigos, ni alguien que me ame.

Tengo miedo a no agradar, y por tal motivo ser excluído siempre.

Tengo miedo a cambiar pero también a estar igual y que nada cambie para bien, creyendo que eso es ser feliz

Tengo miedo al dolor tanto físico como emocional.

Tengo miedo a no saber cómo enfrentar la vida.

Tengo miedo al abandono de mis afectos.

Tengo miedo a ver el día en que este planeta explote.

Tengo miedo a contribuir con la destrucción del mundo.

Tengo miedo a las guerras.

Tengo miedo al hambre y a la miseria.

Tengo miedo a la hipocresía.

Tengo miedo a la injusticia.

Tengo miedo a ser siempre yo el que se miente.

Tengo miedo al destino.

Tengo miedo a Dios, de equivocarme de religión, de no entender lo que quieren que entienda y el día del juicio final, irme al infierno del ignorante.

Tengo miedo a la sabiduría.

Tengo miedo a la oscuridad.

Tengo miedo a la luz.

Tengo miedo a la ignorancia.

Tengo miedo a la displicencia, a la falsa caballerosidad.

Tengo miedo a los amores sin valor, al sexo solo por deporte.

Tengo miedo a ser padre.

Tengo miedo a dejar de ser hijo.

Tengo miedo a tener miedo.

Yo hasta ahí no empatizaba con nada, pero por desgracia la última línea del texto me venció y me explicó la sonrisa picarona, esta decía.

“Y ante tanto miedo simplemente no me paralizo, avanzo y evoluciono. Por eso gracias miedo foco de mi ruta.”

Me reí, lo miré y le dejé $10, me miró y le respondí: “tengo miedo a no tener monedas para el Bondi”, estallamos en risas y cada cual siguió en su mundo. Sin miedos, sin parálisis, en continuo movimiento y con conciencia del mismo.

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This obra by Marcelo Argüello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina License.

2 comentarios:

Sil dijo...

Marce sabes que ya lei un par y lo que me atrae es saber que le vas a dar un giro inesperado al final, a veces para reir, otras para quedar tambaleando y otras para las dos cosas como este..o como todos los que lei hasta ahora..
Me encantó seguí escribiendo!
Beso, sigo con otros...

Mar dijo...

Sil:

Gracias de corazón por tu observación, seguí con otros y no te detengas que cuando creas que terminaste seguro alguno nuevo habré agregado solo para que no dejes de seguir con otros...
besos recíprocos.