domingo, 15 de febrero de 2009

El sueño de Lucecita

Hay oscuridad alrededor, sola se la ve a ella, acostada, sus ojos cerrados, solo ve imágenes de un tiempo anterior a éste, un tiempo pasado que fue, imágenes en blanco y negro como en una película muda.
Ve a su padre y a su hermana menor de 5 y ella de 7 en un colectivo recorriendo las calles de Buenos Aires. Dentro, caras mayores desconocidas todas, conversando algunas otras en silencio con la mirada perdida, en la ventana igual, gente de todo tipo, algunos transeúntes simplemente caminan otros, que se hallan en grupos, gritan, protestan, un grupo de personas los frenan como en un juego pero más violento y no hay risas, las personas están de verde con armas y cascos. Es normal en aquella época, Argentina del 70, pleno proceso militar, el proceso del ORDEN ESTABLECIDO.
Un extraño terror la invade algo que nunca experimento antes, algo nuevo, y sin saber porque aprieta más fuerte la mano de su padre que la tenía sujetada, luego levanta la mirada y ve en su rostro calmo, un brillo en los ojos que refleja en miedo que oprime su corazoncito.
De golpe el colectivo frena, la gente seria y de verde entra con violencia, haciéndose paso entre los pasajeros a los golpes y empujones, se dirigen directo a su padre, éste las mira y les susurra “ siempre las amare” y la suelta, encara a los militares, charlan, no se entiende lo que dicen solo se escucha una frase de el que decía “vine solo, no conozco a esas nenas”, y los señores se lo llevan, ella ante el miedo grita, “papa no te olvides de nosotras”, el padre palideció y bajó su mirada como buscando en el piso una solución, no la encontró, uno de los soldados las tomo del brazo y se las llevo.
De allí en adelante todo fue oscuridad, incertidumbre, oscuridad de distintos domicilios, un camión, un edificio, una habitación, una celda.
Los tres separados, ella solo escuchaba los gritos de dolor de su padre que estaba en la habitación de al lado, y los suaves sollozos de su hermanita, no comprendía nada, solo sabia que al ser la nena mayor, ella tenia 7, debía ser fuerte, y así lo fue.
Escucho atentamente a su padre y no entendió, solo eran gritos solo ruidos metálicos golpes secos, llantos , suplicas, su nombre y el de su hermanita, salían de la boca de su padre, de repente un ruido seco, una fuerte explosión y el golpe seco de un cuerpo que cae al suelo, no entendió , pero sintió que le arrancaban el alma, y gritó como nunca hasta ahora con todas sus fuerzas, gritó hasta que el cielo se abriera, gritó hasta que su padre la calmara, eso no sucedió, solo se abrió la puerta y una luz blanca y cegadora le quemo la vista , una silueta se aproximó, no sintió nada, solo el golpe furioso en su rostro y su cuerpo ya despojado de fuerzas cayó de espalda golpeando con violencia su cabeza contra el suelo. Nunca más despertó.
Yace descansando en los suelos de ésta patria, junto a ella, su padre durmiendo con su hija, en una posición seudo grotesca de los cuerpos arrojados, cubiertos de tierra, sin madera a su alrededor, no merecieron ni esa decencia, sólo el gesto, por llamarlo de alguna manera, de dejarlos juntos en ese descanso, hay más gente a su alrededor, más cuerpos , todos diferentes y desconocidos, solo una cosa tiene en común, la férrea convicción de que LOS DERECHOS SE RESPENTAN POR ENCIMA DE LAS DIFERENCIAS.
El mundo sigue su curso, el tiempo su camino, la pisadas son el tamborileo que no hace descansar a los que estar perdidos bajo suelo, entre personas indiferentes y pensamientos de ALGO HABRAN HECHO o NO TE METAS, una muchacha de unos 25 años se arrodilla, en su rostro solo hay una tristeza calma, deja dos rosas rojas en algún lugar cerca de un edificio que le es familiar. Baja su cabeza, todo entra en silencio, los coches y las personas se detienen como en una foto, y una suave lágrima camina las curvas de su rostro hasta estrellarse contra el piso. Y murmurando dice…
“solo deseo que estés en un lugar con PAZ QUE NO MEREZCA SER ESTABLECIDA, ESE ES MI SUEÑO Y SE QUE TAMBIEN EL TUYO LUCECITA!”


Creative Commons License
This obra by Marcelo Argüello is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina License.

3 comentarios:

Augusto dijo...

Felicitaciones. Que sea la primera de muchas publicaciones.
Augus.

Anónimo dijo...

Muy intenso, nos acerca mucho a una de esas tantas historias que ni podemos imaginar, pero que si debemos siempre recordar. Todos los dias lucho por un mundo donde la paz no necesite establecerse.Gracias por este aporte a la conciencia.

Pancho

Mar dijo...

Agus:

hoy te puedo decir que así es, y así será, espero.

Pancho:
Gracias por ser el aporte a una parte de mi conciencia